La conciliación contable es un proceso crítico en toda empresa: asegura que los registros contables coincidan con los documentos y transacciones reales, minimizando el riesgo de discrepancias que puedan derivar en problemas fiscales.
SW Sapien
En estos tiempos de fiscalización recargada a los contribuyentes por parte del Servicio de Administración Tributaria (SAT), la concilación contable y fiscal cobra muchísima importancia en las empresas.
Hacerla, además de ofrecer controles y organización en la información que se usa para cumplir con obligaciones fiscales y toma de decisiones, ayuda a no caer en riesgo fiscal.
Así es, realizar una conciliación contable de manera frecuente y eficaz, ayudará a no ser sujeto de una revisión o auditoría electrónica; que, en un descuido, lleve al negocio a multas y sanciones.
Pero qué sucede en compañías de alto crecimiento y con un elevado volumen de operaciones. La conciliación contable y fiscal, representa un desafío.
El control contable resulta imprescindible para supervisar movimientos y tener la certidumbre de que todo va de acuerdo con lo planeado.
De ahí, que la conciliación contable permite identificar con oportunidad dónde hay fallas, errores, omisiones o discrepancias en los registros, que es necesario corregir antes del llamado del SAT.
Pero, ¿qué es la conciliación contable y fiscal?
La conciliación es un proceso cuyo objetivo es revisar los saldos, operaciones y transacciones registradas en las cuentas contables y financieras de la empresa que, en este caso, se integra a partir de la emisión y recepción de facturas electrónicas.
Un segundo objetivo consiste en asegurar que la información que existe en las empresas en materia de Contabilidad y fiscal, coincida con los datos que tiene el SAT a partir de la gestión de los comprobantes fiscales (CFDI).
En esencia, la conciliación contable y fiscal consiste en verificar y ajustar las diferencias.
Su importancia radica en varios aspectos clave que contribuyen directamente a la precisión y legalidad de la información contable, fiscal y financiera, ayudando a prevenir problemas fiscales.
A continuación, se detallan los puntos esenciales:
1. Asegura la Exactitud de los Registros Financieros
Verificación de datos: La conciliación contable implica comparar los registros contables internos con documentos externos, principalmente facturas electrónicas de clientes y proveedores.
Esto asegura que todos los registros sean precisos y coincidan con las transacciones reales.
Detección de errores: Ayuda a identificar y corregir errores o discrepancias en los registros contables antes de que se conviertan en problemas mayores.
2. Cumplimiento de obligaciones fiscales
Declaraciones fiscales precisas, pago de impuestos, Contabilidad Electrónica y Nómina digital, son obligacions donde la conciliación ayuda a garantizar que los datos utilizados sean correctos, minimizando el riesgo de presentar información incorrecta al SAT.
Evidencia de buenas prácticas: Mantener registros contbles y financieros precisos y conciliados demuestra al SAT que la empresa sigue buenas prácticas contables y fiscales, lo cual puede ser beneficioso durante auditorías.
3. Prevención de estar en listas negras, EFOS y EDOS
Detección de proveedores en listas negras: La conciliación regular puede identificar transacciones no aceptadas por el SAT, lo cual es crucial para la empresa.
Evita penalizaciones: La falta de precisión en los registros contables puede resultar en discrepancias en las declaraciones fiscales y otras obligaciones, lo que puede llevar a sanciones y multas por parte del SAT.
Cumplimiento: Garantiza que la empresa cumpla con todas las obligaciones fiscales y contables, evitando así cualquier acción punitiva por incumplimiento.
4. Facilita auditorías internas y externas
Preparación para auditorías: Mantener registros contables conciliados facilita la preparación y el proceso de auditorías internas y externas, proporcionando la documentación y la evidencia necesarias.
Reducción de riesgos en auditorías: Minimiza el riesgo de encontrar problemas durante una auditoría que podrían resultar en ajustes fiscales significativos o en la re-apertura de ejercicios fiscales.