Sabemos que la gestión de riesgos fiscales, si bien es un proceso dinámico y de revisión constante, se vuelve particularmente importante en los cierres de año. Generalmente, la necesidad de identificar riesgos y obstáculos en las empresas tienen como principal objetivo, presentar un camino libre y sin asperezas para el cumplimiento de las metas estratégicas, no obstante, cuando se habla de riesgos fiscales, la prioridad se enfoca en temas de cumplimiento, multas, responsabilidad fiscal e incluso una estrategia fiscal clara y ligada a los objetivos y valores de la empresa.
Previene, detecta y corrige
Para una buena gestión de riesgos fiscales, la información se vuelve la pieza clave al ser el oráculo que nos puede ayudar a predecir o adelantar los hechos. Y es en este término “adelantarse a los hechos”, en donde reside la eficacia de la gestión de riesgos fiscales. Este tipo de análisis debe considerar riesgos o eventos que pudieran comprometer el andar fiscal de las empresas: operacional, transaccional, normativo, de inversión, etc. y considerar también factores que pudieran ser ajenos o indirectos, como la atención a cierto tipo de clientes o el manejo y relación con proveedores que pudieran estar comprometidos ante la autoridad fiscal.
Pueden ser varios los elementos que conforman un modelo de gestión de riesgo fiscal y algunos puntos pueden tener mayor relevancia que otros de acuerdo al giro y razón de ser del negocio. Dentro de los elementos más importantes se encuentran los siguientes:
(definitivos, desvirtuados, presuntos, con sentencia favorable)
La importancia del “previene, detecta y corrige”, se hace más evidente si pudiéramos analizar los elementos del modelo uno a uno, por ejemplo:
Las famosas auditorías electrónicas
Es bien sabido que desde 2019 el SAT implementó auditorías electrónicas y tienen una facilidad brutal de exponer ante los contribuyentes la información con la que cuentan en sus registros dada la digitalización de los comprobantes fiscales:
La misma autoridad pone a disposición de todos los auditados, la facilidad para consultar los hechos y omisiones en la auditoría que se estuviera practicando, de tal forma que a partir de esta información, procedas a las aclaraciones pertinentes o ajustes, solamente que en la mayoría de los casos, esta acción es reactiva por parte del contribuyente.
Como apoyarse de la tecnología para un autodiagnóstico
Como ya quedó de manifiesto, la gestión de riesgos fiscales considera un alto volumen y manejo de la información que tienes en tu empresa (el SAT puede solicitar varios ejercicios). Por lo anterior, resulta complejo realizar un proceso de autodiagnóstico de forma manual y salir bien librado en tiempo y forma.
El uso de las hojas de cálculo nos permite tener una visión con diferentes ángulos; sin embargo, para estos casos es necesario un mayor grado de automatización fiscal-digital y que te permita, de forma proactiva, revisar los indicadores para la correcta identificación de los riesgos. Como recomendación en tiempos de cierre y también durante todo el ejercicio fiscal:
Ahora más que nunca cobra mayor relevancia que usemos la prevención fiscal como un concepto de alto valor en nuestras empresas y que estos tiempos extraños y complicados nos encuentren siempre en buena salud financiera y sobre todo fiscal.