El Comprobante Fiscal Digital por Internet o CFDI es como se les conoce a las facturas electrónicas, se trata de la evolución de la factura en papel.
Los CFDI se emiten cuando se realiza una operación entre dos partes, pueden ser personas físicas o morales. Ya sea que se trate de la venta de un producto o la prestación de un servicio, en esta factura queda asentada las retenciones de contribuciones, es decir, el Impuesto Sobre la Renta (ISR) o el Impuesto al Valor Agregado (IVA).
También funcionan para respaldar todos los movimientos de ingresos y egresos de los contribuyentes ante la autoridad tributaria.
En México, se emiten alrededor de 21 millones de facturas electrónicas diarias, de acuerdo con datos de la Asociación Mexicana de Proveedores Autorizados de Certificación (Amexipac) y el Servicio de Administración Tributaria (SAT).
Esta cifra se ha incrementado con los años, principalmente a partir de 2014 que es cuando la emisión de CFDI se volvió obligatoria.
Existen seis tipos de CFDI:
La obligatoriedad de expedir CFDI para las personas físicas y morales está asentada en los artículos 29 del Código Fiscal de la Federación (CFF) y 39 del Reglamento del mismo código.
Para cumplir con esto, los contribuyentes deben contar con un certificado de firma electrónica avanzada vigente y tramitar ante la autoridad tributaria, el uso de los sellos digitales.
Por otro lado, en el artículo 29-A del CFF se establecen los requisitos que deben contener los comprobantes fiscales. Además, el SAT ha emitido documentos técnicos en los que se especifican qué estructura, forma y sintaxis deben tener para que toda la información esté organizada.
Tanto las facturas que emitas como las que recibes deben cumplir con ciertos requisitos y contener ciertos datos para tener validez:
El CFDI es un documento digital, en el que se genera un archivo con formato XML o Extensible Markup Language. Todo el proceso se hace a través de medios electrónicos, por lo que este archivo es ideal para ser leído por las máquinas.
Muchas veces junto con el XML se emite un archivo PDF que es más parecido a las facturas que conocíamos antes.
Este documento se puede imprimir, aunque no tiene ningún valor legal, ya que lo importante es el archivo digital.
Si se desea tener una representación impresa se debe generar un código de barras o el número de folio fiscal del comprobante; el número de serie del Certificado de Sello Digital del emisor y del SAT y la cadena original del complemento de certificación digital.
Además, deberá agregarse una leyenda que diga “Este documento es una representación impresa de un CFDI”.
Otro punto importante es que todos estos archivos deben respaldarse, es necesario resguardar las facturas, aunque sean electrónicas, ya que los contribuyentes están obligados a conservar sus registros contables por cinco años, aunque este periodo podría ser mayor, dependiendo del tiempo de deducibilidad.
La emisión y certificación o timbrado de las facturas electrónicas puede hacerse a través de la página del SAT, donde se encuentra una aplicación disponible para todos los contribuyentes.
Esta herramienta es gratuita, sin embargo, el proceso puede llegar a ser un poco lento, por lo que las empresas que emiten muchas facturas diarias encontrarán que resulta poco práctico.
Para ello, también se puede recurrir a los Proveedores Autorizados de Certificación (PAC) que se encargan de realizar el proceso de emisión y timbrado, sobre todo cuando se trata de generación masiva de facturas electrónicas.
Estos proveedores son autorizados por el Servicio de Administración Tributaria para que lleven a cabo la validación, asignación de folio y la incorporación del sello digital, lo cual también se encuentra asentado en el artículo 29 del Código Fiscal de la Federación.
Asimismo, la autoridad tributaria puede revocar la autorización si hay algún incumplimiento por parte del proveedor.
La Amexipac estima que 96% de todas las facturas timbradas son realizadas por los proveedores de certificación.
Ya sea que solicites o emitas una factura electrónica, al momento de hacerlo solo debes pedir o proporcionar el RFC, dado que la información de los contribuyentes ya está digitalizada.
Hay algunos otros lineamientos ante los que debes estar al pendiente, para evitar ser sancionado por el Servicio de Administración Tributaria:
Ahora bien, hay ocasiones en las que es necesario cancelar alguna factura emitida. En este caso se puede recurrir al portal del SAT, donde puede tramitarse la cancelación o a través del Proveedor Autorizado de Certificación.
Hacerlo a través de un PAC tiene la ventaja de que puede hacer una cancelación masiva de CFDI, mientras que en el portal del SAT el proceso es mucho más lento.
Lo primero que hay que hacer es enviar la solicitud para la cancelación y en esta parte del proceso hay dos opciones: que se requiera la aceptación de la cancelación o que no sea necesaria.
Si se requiere que quien recibió la factura acepte la anulación del CFDI, se le envía la solicitud por correo electrónico a través de su Buzón Tributario.
Para aceptar o rechazar la cancelación, tiene tres días hábiles, si después de ese tiempo no ha dado una respuesta, se considera como aceptada en automático y el CFDI se cancela.
Hay algunos casos en los que no se requiere la aceptación para cancelar la factura y esto se hace de forma inmediata.
Algunos de ellos son cuando por ejemplo el valor total del CFDI es menor de 5,000 pesos, es por retención e información de pagos, es un CFDI de ingreso expedidos a contribuyentes del Régimen de Incorporación Fiscal (RIF) o todavía no hayan pasado 72 horas de su expedición.
Aunque la implementación de la factura electrónica ha sido un proceso largo, tiene algunas ventajas:
Finalmente, ya seas persona física o moral, saber qué es y cómo funcionan los CFDI te permitirá optimizar los procesos de generación de este tipo de comprobantes.
¿Tienes alguna duda sobre los CFDI? Aquí mismo puedes dejarnos todos tus comentarios, para que podamos ayudarte a resolverlos.
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Fuentes: