El paquete económico propuesto para 2026 en México introduce una serie de reformas fiscales que pueden cambiar significativamente cómo operan las empresas B2B (business-to-business).
Para quienes participan en transacciones entre empresas —ya sea como proveedores digitales, intermediarios o plataformas—, comprender estas modificaciones es clave para anticipar riesgos, adaptar procesos y aprovechar oportunidades.
Una de las medidas más relevantes para el mundo B2B es la expansión del régimen de retenciones para plataformas digitales. El paquete económico propone que dichas plataformas, cuando actúen como intermediarias para la venta de bienes o servicios, deban retener tanto el IVA como el ISR.
Para las empresas B2B que operan como plataformas de intermediación, esto significa un incremento en la carga operativa: deben adecuar sus sistemas para hacer estas retenciones correctamente, emitir comprobantes (facturas CFDI) de retención, y manejar reporting adicional.
Otra línea de cambios apunta a la transparencia y fiscalización digital. El SAT (Servicio de Administración Tributaria) podrá exigir a plataformas digitales —incluidas las extranjeras— acceso en línea y en tiempo real a su información operativa sobre transacciones mexicanas.
Para una empresa B2B, esto implica revisar sus procesos de facturación, documentación de entrega de servicios o bienes, guardar evidencias (contratos, pruebas de ejecución) y fortalecer sus controles internos para evitar que el SAT cuestione la autenticidad de sus transacciones.
Dentro del paquete económico para 2026 también se elevan varios gravámenes del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) que, aunque más visibles al consumidor, pueden tener efectos indirectos para las empresas:
Estas medidas afectan especialmente a empresas que usan o distribuyen estos productos, o que operan plataformas digitales relacionadas con juegos, apuestas o contenido digital.
En un giro interesante, la reforma plantea un régimen preferencial para repatriación de capital: personas físicas y morales que traigan activos legales desde fuera de México (hasta el 8 de septiembre de 2025) podrían pagar un ISR reducido del 15%, sin deducciones, si reinvierten esos recursos en actividades productivas, infraestructura o deuda gubernamental, comprometiendo los fondos por un mínimo de tres años.
Para empresas B2B, esto puede ser una oportunidad estratégica si tienen participaciones internacionales o inversionistas con capital en el extranjero: podrían traer esos fondos a México con una carga fiscal más favorable, siempre que respalden una reinversión productiva.
Quienes no cumplan con sus obligaciones fiscales podrían enfrentar recargos más agresivos. Se propone aumentar la tasa de recargos por saldos no pagados: hasta 1.38% mensual para adeudos normales, y tasas aún más altas para los pagos a plazos.
Además, se espera una “ultrafiscalización” por parte del SAT, con cruces entre CFDI, nómina, contabilidad y otros sistemas (como Carta Porte), lo que significa que las devoluciones de IVA podrían volverse más complejas y estar sujetas a más revisiones.
El reformar también fortalece el marco para supervisar a empresas no residentes (por ejemplo, plataformas extranjeras) que ofrecen servicios en México:
Para las empresas B2B internacionales, esto implica reevaluar su presencia legal y fiscal en México, ajustar sus estructuras y garantizar cumplimiento integral.
En resumen, los cambios propuestos para 2026 traen retos y oportunidades para las empresas que hacen negocio entre empresas:
El paquete económico de 2026 representa un cambio significativo en el entorno fiscal mexicano, esto no es simplemente un aumento impositivo, sino una transformación en la forma de operar digitalmente, retener impuestos y documentar transacciones.
Quienes adopten una estrategia proactiva actualizando sus sistemas, fortaleciendo el cumplimiento y reestructurando sus operaciones internacionales estarán mejor posicionados para convertir estos nuevos retos en ventajas competitivas.